En la actualidad diferentes experiencias
pedagógicas han corroborado la factibilidad de llevar a la práctica unos
lineamientos a través de diversas organizaciones curriculares como problemas,
núcleos, tópicos, periodos históricos, espacios geográficos, instituciones, entre
otras.
Como hasta el momento, en la enseñanza del
área de Ciencias Sociales, ha predominado la acumulación de información en
historia y geografía, proponemos una estructura diferente para continuar
fortaleciendo la educación. Mediante un aprendizaje significativo que se debe
dar dentro y fuera del aula llevándolo a experiencias prácticas viables y de
continua proyección, Ausubel
considera que el aprendizaje por descubrimiento no debe ser presentado como
opuesto al aprendizaje por exposición (recepción), ya que éste puede ser igual
de eficaz, si se cumplen unas características. Así, el aprendizaje escolar
puede darse por recepción o por descubrimiento, como estrategia de enseñanza, y
puede lograr un aprendizaje significativo o memorístico y repetitivo.
De acuerdo al aprendizaje significativo, los
nuevos conocimientos se incorporan en forma sustantiva en la estructura
cognitiva del alumno. Esto se logra cuando el estudiante relaciona los nuevos
conocimientos con los anteriormente adquiridos; pero también es necesario que
el alumno se interese por aprender lo que se le está mostrando.
Ventajas del Aprendizaje Significativo:
Produce además una retención más duradera de la información. Facilita el
adquirir nuevos conocimientos relacionados con los anteriormente adquiridos de
forma significativa, ya que al estar claros en la estructura cognitiva se
facilita la retención del nuevo contenido. La nueva información al ser
relacionada con la anterior, es guardada en la memoria a largo plazo. Es activo,
pues depende de la asimilación de las actividades de aprendizaje por parte del
alumno. Es personal, ya que la significación de aprendizaje depende los
recursos COGNITIVOS del estudiante.
A través de dichos problemas o interrogantes,
es factible estructurar y afianzar en las estudiantes, conceptos y herramientas
fundamentales de las Ciencias Sociales, para que desarrollen y alcancen un
saber social fundado, y así, hacer más viable y operativos los planteamientos
de la constitución y la Ley 115, para lograr una sociedad más justa, equitativo
y solidario.
El contrato con diferentes realidades
sociales, sus novedades, permitirá que los niños y las niñas y jóvenes puedan
ampliar su perspectiva social, posibilitándoles contratar diferenciar y
distinguir entre sí mismos y los demás, entre su cultura y la de los otros.
El proceso de autorregulación se ve
favorecido por el análisis crítico y el conocimiento amplio del marco legal,
nacional e internacional (constitución, derechos humanos, acuerdos,
convenciones, tratados internacionales, etc), que rigen las relaciones entre
los estados y los ciudadanos.
Los diferentes proyectos culturales,
políticos, sociales, económicos que se dan a nivel del país y del mundo, deben
formar parte de la reflexión en la escuela, permitiendo de esa manera que los
estudiantes vayan dilucidando ideas y caminos propios para su futuro
desenvolviendo como ciudadanos e individuos. El conocimiento y el análisis de
las formas en que se relacionan y conviven las comunidades lejanas al contexto
de la escuela, servirán como referentes para que las estudiantes
comprendan las formas de vida de su
comunidad y pueden imaginarse nuevas alternativas para la convivencia.
Los conflictos, tensiones y problemas que
constituyen el clima social, deberán ser puntos de referencia para la
comprensión y el análisis de problemas que atraviesa el ámbito escolar.
Permitir que los estudiantes tengan acceso al
conocimiento y la comprensión de otros mundos, de otras culturas, de otras
formas de vida.
Contratar entre lo propio y lo diferente,
entre lo cercano y lo lejano, es un ejercicio que facilitará la construcción de
la identidad propia, que se forma en ese proceso de interrelaciones con los
otros, parecidos y diferentes, con un alto sentido de pertenencia.
La posibilidad de ponerse en contacto con la
diversidad cultural del país, con sus problemas y conflictos, con sus avances y
progresos, con sus triunfos, con sus relaciones y reconocimientos, permitirá
que los jóvenes vayan construyendo ese
sentido de pertenencia a la colombiana.
Crear conciencia de identidad que nos una a todos como seres humanos,
hombres y mujeres, sin distinción de ninguna especie. Comprender la sociedad de hoy con sus
conflictos y peculiaridades, ubicarse con propiedad en el mundo contemporáneo y
poder tener una mirada crítica sobre él, además de analizar problemas actuales
(narcotráfico, maltrato-clonación).
Formar en la preocupación por los problemas
de todo orden (económicos, políticos, científicos, culturales, sociales, entre otros),
que vive el mundo y nuestro país, favorecerá el que los alumnos se motiven a
pensar en posibles alternativas de solución que
los distancien de las tradiciones, dándoles la oportunidad de que
plasmen en ellas sus más nobles ideas de cambio, jugándole a la posibilidad de
vivir de manera diferente.
Poner en contacto a la estudiante con
posturas y problemas éticos de diferentes culturas, que les permita su
perspectiva del mundo.
Los videos, la literatura, los relatos y
testimonios personales donde se presenten pasajes y episodios de hechos de
injusticia social, ultraje y violación a derechos humanos, en fin todas las
formas de poner en contacto al niño con el mundo de los conflictos y problemas
sociales que le permitan observar situaciones lejanas a su contexto,
favorecerán la expresión y el cultivo de los sentimientos morales.
Compenetrar a los estudiantes con los
problemas del país, con sus necesidades y con el compromiso esfuerzo y disciplina que significa para cada
ciudadano, la construcción de un proyecto de país para todos.
Estudio de un contexto social, económico y
político el entorno a nivel regional, nacional e internacional, como también la
participación de la comunidad educativa en campañas de este mismo orden.
Los grandes conflictos nacionales e
internacionales pueden miraras a través de diversas ópticas, obligando a los
alumnos a pensar y buscar diferentes alternativas de solución a los problemas. La
declaración de los derechos humanos fue un gran logro de la civilización. La
historia de su consecución relata una serie de intentos para definir la
dignidad y el valor básico del ser humano y sus deseos más fundamentales.
Dentro de los ambientes sociales cabe
mencionar a un gran pedagogo con sus postulados ha contribuido a que esta
disciplina se vea una perspectiva auténtica, basada en la libertad de
pensamiento y opinión que lo lleven a vivir armónicamente en grupo. Paulo
Freire quiere que el oprimido adquiera una conciencia crítica: parte de una propuesta dialógica y
antiautoritaria. Dice que las personas han nacido para comunicarse entre ellas.
Esto es posible mediante una pedagogía para la libertad.
Para ello, se necesita
una sociedad con unas condiciones favorables, sociales, políticas y económicas.
Se precisa una filosofía de la educación que piense como el oprimido y no para
el oprimido. A través de una concienciación de las personas por medio de la
alfabetización, se puede llegar a la democracia que rompa con los esquemas de
la sociedad cerrada. La pedagogía de Freire podría denominarse como de la
conciencia.
Recoge
temas como la cultura del silencio y plantea que la educación debe concebirse
como una acción cultural dirigida al cambio. En “Pedagogía del oprimido”
Freire dice que existen dos tipos de educación: La domesticadora. La libertadora.
La
domesticación consiste en
transmitir una conciencia bancaria de la educación: se impone el saber al
educando, que permanece pasivo, sin derecho a opinión. La libertadora sigue la
misma línea que la concientizadora.
Los
proyectos domesticadores, al contrario de los libertadores, ven a los campesinos como receptores pasivos,
meros objetos. Las personas deben aprender a pronunciar sus propias palabras y
no repetir las de otras personas. Por medio de la comunicación auténtica, a
través del diálogo, el individuo se transforma en creador y sujeto de su propia
historia. El sistema educativo debe ayudar a que el sujeto contribuya al cambio
social al proveer al educando de los instrumentos contra el desarraigo, pues la
educación en la decisión, la responsabilidad social y política sustituye la
anterior pasividad por nuevas pautas de participación.
Plantea
que el proceso educativo no es neutral, sino que implica una acción cultural
para la liberación o para la dominación. Si es para esta última, estamos ante
la educación bancaria, proceso educativo rígido, autoritario y antididáctico.
Critica la concepción bancaria de la educación: “el educador es el que sabe,
los educando son que no saben; el educador es el que piensa, los educandos los
objetos pensados; el educador es el que habla, los educandos los que escuchan
dócilmente...” (Pedagogía del oprimido). Dice que la educación bancaria es
necrófila, pues termina por archivar al hombre, sirviendo para su domesticación
y su pasiva adaptación.
Por
medio de esta educación bancaria cerrada al diálogo, a la creatividad y a la
conciencia, se normaliza a los dominados, prolongando la situación de opresión.
Mientras que la educación libertadora problematiza y desmitifica la realidad.
Rompe con la dicotomía educador/educando, pues el que enseña reconoce que puede
aprender de aquel al que va a enseñar. Esta concepción humanista se funda en la
capacidad de reflexionar de los oprimidos. Freire plantea que la educación es
un proceso a través del cual todas las
personas implicadas en él educan y son educadas al mismo tiempo.

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